Herramientas para mejorar la “Convivencia Escolar”
Un estudio elaborado por la ONG “Save The Children”, muestra que un 9,3% de los estudiantes encuestados considera que ha sufrido acoso en los dos últimos meses.
El problema del acoso escolar no solo se centra en el ámbito escolar, ya que los estudios muestran que casi en el 100% de los casos el acoso no termina cuando se sale de clase. Este continúa a través de las redes sociales. Por lo que se trata de un problema que afecta a todos los ámbitos de la vida de los niños y jóvenes.
La “Convivencia”, es un elemento fundamental en el proceso de aprendizaje. En primer lugar, porque aprender a relacionarnos en entorno social, cultural y afectivo en el que vivimos y, en segundo lugar, porque aprender a convivir es fundamental para el desarrollo individual y social de cada persona.
Teniendo en cuenta esto, ¿cómo se educa para la convivencia? En primer lugar, los expertos coinciden que las mejoras de la “Convivencia Escolar” empieza por la “Responsabilidad Compartida” de todos los miembros de la comunidad educativa, implicados directa o indirectamente en la educación: familia, directores, profesores, instituciones, agentes sociales, etc.
La educación para la convivencia requiere un planteamiento continuo que tenga en cuenta las múltiples variables. Un proyecto que abarque todos los aspectos de la convivencia exige fomentar la información, la participación, la comunicación y la colaboración.
Queda mucho por hacer, pero existen buenas prácticas para trabajar en las salas de clases. A partir de varios artículos, recopilamos algunas medidas que contribuyen a mejorar la convivencia y reducir el acoso escolar:
- Prevención: La educación para la convivencia debe iniciarse desde las primeras etapas (infantil y primaria). Si se fomenta la construcción diaria de la responsabilidad, mediante la participación, la complicidad y la confianza del alumnado, se consigue una pauta imprescindible para la educación en la convivencia.
- Detección y participación de la comunidad: Todos los profesores deben involucrarse como equipo docente educativo, no sólo desde la tutoría, para incidir en el clima relacional del grupo, involucrando siempre al grupo de iguales y no actuando sólo con las personas consideradas individualmente, precisamente por el carácter dinámico de las relaciones.
- Participación activa de todos los alumnos: El alumnado es la clave en el proceso de la mejora de la convivencia. Que se involucren es fundamental y se debe trabajar para que se sientan protagonistas del proceso. Los especialistas proponen que no puede afrontarse este tema sin la participación activa del alumnado, como protagonistas de las relaciones que se dan en el grupo y como agentes que deben favorecer el clima del grupo en el que se encuentran al margen del espacio en el que se dé esta dinámica, sea en la sala de clases, el patio, la calle o cualquier lugar donde no haya un control y vigilancia adulta.
- Desarrollar la inteligencia emocional: Varios estudios demuestran que disponer de competencias de inteligencia social y emocional, protege a los alumnos frente al acoso escolar. La Educación Social y Emocional, mejora las posibilidades de tener una respuesta adecuada ante situaciones de violencia. Los investigadores observaron que las tres vertientes de la inteligencia emocional (reconocimiento, regulación y respuesta de los sentimientos) influían en la respuesta que daban las víctimas ante un acoso.
*Este material ha sido recopilado por nuestro equipo a través de Global-InterPublic@.
*Revisa nuestro programa Conectus A.S.E.; herramientas para el Aprendizaje Social y Emocional dirigido a escuelas y colegios: http://www.conectus.cl/site/ase-colegios/
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